lunes, 17 de enero de 2011

Sade SÍ mencionó el ajedrez en sus obras

Éste es uno de los artículos que más placer me ha producido durante su redactado. Hace tiempo escribí un relato breve de ajedrez en el que aparecía como personaje el polémico Marqués de Sade. Por su posición social, ociosamente noble, di por supuesto que el divino marqués conocía las reglas del ajedrez y le presenté como un consumado ajedrecista, discípulo de Philidor. No olvidemos que los juegos de mesa eran muy populares en la época así que, contextualizando un poco y aprovechando los negros huecos que la historia ofrece... hallé un fértil campo para mi prosa.
Hoy, años más tarde, he encontrado respuesta a mis plegarias y ya tengo una prueba de que el marqués tenía nociones de ajedrez. No son muy concluyentes pero, por la ironía de cierta expresión que utiliza en el texto, no es aventurado decir que su conocimiento del ajedrez es evidente.
En una de sus obras más tranquilas, Aline y Valcour, sin contenido altamente pornográfico como sí sucede en otras, Sade escribe lo siguiente en la carta XXXIV de esta obra epistolar:

La tarde en que te escribió Mme. de Blamont estábamos ella, Aline, Eugénie y yo razonando sobre tu locura. M. de Beaulé jugaba al ajedrez con Mme. de Senneval. Serían aproximadamente las ocho de la tarde, el cielo, muy oscuro, apenas si acababa de recuperarse de un espantoso huracán, cuando súbitamente oímos a un hombre, a caballo, que hacía estremecer el patio con sus latigazos... con sus gritos y que pedía auxilio con todas sus fuerzas... Se abrieron las puertas, los criados acudieron corriendo. Alumbraron, Mme. de Blamont se estremeció; Aline y ella se imaginaron que iban a volver a ver al terrible objeto de sus temores. El mismo conde, aunque está ya muy jaque mate corrió conmigo detrás de los criados. Y finalmente introdujimos en la primera antecámara a un desdichado doméstico calado hasta los huesos, enfangado hasta la coronilla, que nos pregunta si está en el camino de Orléans y si le queda mucho camino que hacer para llegar a esta ciudad.

Los personajes no solamente juegan a ajedrez sinó que ironiza con la expresión "jaque mate", aludiendo a que la salud o estado del conde no es muy bueno pero que tiene fuerzas todavía para correr y escudarse en sus criados (¿como un rey tras sus peones?).

3 comentarios:

Petit suisse dijo...

Excelente!

Antonio Gude dijo...

Interesante hallazgo. He leído algunas cosas del Marqués, pero no he encontrado nada de ajedrez. Sería interesante seguir husmeando, porque lo cierto es que era un gran pensador y no sólo un pervertido, como han querido hacernos creer. Saludos.

Unknown dijo...

Cierto Antonio, la fama que lo acompaña ha empañado sus virtudes. He léido bastantes cosas de él por algunos trabajos que hice en la universidad. Para mi su mejor obra es con diferencia Filosofía de tocador y algunos de sus relatos cortos.
Otras obras que han tenido más repercusión como 120 días en Sodoma me parecen en cambio la degeneración aberrante de una mente enferma.