Lo prometido es deuda y aquí llega una de mis fotos, aunque reconozco que no es muy indecente que digamos. Atentos al rótulo porque resulta que el poeta latino Catulo nació en Verona -de donde es la foto- y nadie explota ese filón mediático. Que si la arena por aquí, que si Romeo y Julieta por allá... ¡pero nadie recuerda a Catulo! Menos mal que yo sí le reivindico. Y es que yo también tengo un ejército de Furios y Aurelios a los que dedicar mis piropos en verso...
Ariadna con fondo calavérico, también en el Museo de la Muerte (¿o fue en el Museo de la Tortura, otra delicia toscana de las que no se habla en las guías?). Los cráneos, por si alguien no sabe distinguir la ficción de la realidad, son de mentira así que no os asustéis...
Para mi ésta es una de las mejores. Ricard se pasó todo el viaje rechazando bolsas de plástico y riñendo a los vendedores que se las ofrecían argumentando motivos ecológicos. Pues bien, aquí le tenemos nada menos que... ¡con dos bolsas! Y es que los souvenirs pesaban demasiado. No sé si se aprecia pero Ricard intentó evitar -sin éxito- la prueba de su desliz consumista...
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