Soy consciente de que no creereis lo que voy a contaros pero esta historia sucedió tal y como explico. La noche antes del torneo fui a recargar mi móvil en un cajero cuando me sorprendió una vieja fofa y purulenta que me agarró con fuerza de la mano y, quedándose con los ojos en blanco, profirió unas extrañas palabras: "¡Oh tidida, no hay cuatro sin cinco!". Lógicamente, le di un empujón y me marché a toda prisa antes de que me contagiara alguna enfermedad homérica. Recuerdo que, desde el suelo y posiblemente con el fémur fracturado, la anciana balbuceó algo sobre un número de lotería pero no me quedé para escucharlo.
Con tanta agitación me costó coger el sueño pero, rendido por el esfuerzo, finalmente caí en los brazos de Morfeo y al día siguiente me dirigí al XV Torneo Social d'El Besòs. Este año la nómina de participantes era la más fuerte de toda su historia: David Vivancos, Iván Pérez (Diagonal Mar), yo mismo, Jordi Sabater, Sergi González... y un montón de jugadores dispuestos a todo.
Como éramos 14, se decidió hacer una liguilla a grupo único que duraría todo el día. ¡Eso es afición! Incluso Ricard se pasó a mirar las partidas y fue obsequiado con un interesantísimo libro sobre flores del Mediterràneo.
En la ronda uno, me tocó Ballvé y fue una partida realmente extraña. Yo le gané cuatro peones en la apertura pero él me cazó la dama y tuve que cambiarla por una torre. Llegamos a un final de torre y muchos peones de ventaja contra su dama, que supe jugar con precisión hasta que coroné uno de esos peones y obligué a Ballvé a cambiar su dama. La partida estaba ganada pero pude ver cómo entre el público aparecía de nuevo esa vieja pitonisa y, con los nervios, acabé haciendo ahogado. Volví a mirar el bullicioso gentío que nos envolvía pero ya no la vi más y eso me tranquilizó bastante.
Luego me tocó Sergi González, que también había pinchado, y ambos nos enfrascamos en un agresivo duelo con peones pasados para los dos bandos. Mi enroque estaba hecho trizas pero el suyo olía a mate en octava y gracias a eso logré una torre y la partida.
La partida con Iván fue curiosa. Sonaba en un megáfono callejero el "¡Que viva España!" de Manolo Escobar y me limité a sacar las piezas mientras él pensaba mucho. Gastó un tiempo precioso y gracias a eso comencé a quedar mejor hasta que canté bandera. Le noté falto de ritmo, como si estuviera en pretemporada. Quizá no le gustó la canción. Con Ariadna fue diferente, hubo pirotecnia en el medio juego y quedé con pieza de más, ganando cómodamente el final.
Davide, el árbitro, trató de plantearme un ataque Indio de Rey pero entré en líneas secundarias y le gané una calidad que a la postre fue suficiente ya que me limité a cambiar piezas y ganar el final. ¡Ojo! Mi antiguo padawan ha progresado mucho y yo soy cada vez más viejales...
Con el local Javier Ríos hubo partida tediosa, francesa del cambio, pero pude liar en el final y di un mate caprichoso. Algo similar ocurrió con Pere Climent, crecido en este torneo. Cambiamos muchas piezas y en un final de alfiles le enredé para llegar a un final de peones que ganaba el menda. Con Andrés Hinarejos, quien últimamente se entrena en Internet, hubo suerte y gané un peón. Luego hubo más suerte y cayó una calidad que bastó para amarrar el punto.
Vencidos por el esfuerzo, fuimos luego a comer todos juntos en un Shawarma. Fue una gran comilona, con buena camaradería y risotadas generales. Mantenían buenas espectativas de victoria David Vivancos, yo y Saba, aunque a éste último le faltaban un montón de partidas difíciles y podía ocurrirle de todo. Fue entonces, reflexionando sobre mis chances de victoria cuando caí en la cuenta de qué podían significar las oscuras palabras de la vieja: "no hay cuatro sin cinco"... Saba y yo teníamos cuatro títulos cada uno. Uno de los dos ganaría el torneo, con permiso de David. Pero todo eso eran cábalas. Luego pensé que quizá significaba que yo encadenaría cinco ceros seguidos para satisfacción de la aborrecible anciana así que opté por dejar de pensar.
Por la tarde reanudamos el torneo y afronté una dramática partida con Carlos Acevedo a quien perdoné una dejada de pieza y luego tuve que ganar en un larguiiiiiiísimo final de alfiles de distinto color. Nunca debe dejarse retroceder a nadie.
Partida decisiva fue la que disputé con David Vivancos en la que planteé una Bird-Larsen que David afrontó de manera algo optimista y, cuando quiso darse cuenta, perdía material en el flanco de rey y gentilmente abandonó sin buscar el atraco.
El siguiente adversario fue Víctor Rodríguez, un castellano-leonés exfederado que optó por jugarme el "espejo". Me las prometía muy felices cuando volví a ver a esa oscura Parca entre el público, acariciando con malignidad su bola de cristal. Víctor se aprovechó de mi momentánea turbación y, cuando quise darme cuenta, me hizo una entrega que me dejaba en situación comprometida. Comprendiendo de dónde provenía mi desgracia lancé una pieza al ojo de la bruja, ésta desapareció entre fuertes alaridos, y pude ganar entonces la partida en un final de damas que olía a tablas.
Me tocaba entonces con el rival más asequible, un prometedor niño llamado David Peña, a quien gané tras aprovechar varios errores tácticos. Fue entonces cuando me dijeron que a falta de una ronda ya era campeón. Todo un lujo, pues venía entonces la decisiva partida con Jordi Sabater. Liberado de toda presión, pude jugar una bonita partida donde entregué un peón, pasamos a una posición donde gané pieza por tres peones y, en un despiste de Jordi, le cacé la dama.
Se confirmaba el oráculo de la anciana y ganaba mi quinto Social Besòs con 12,5 de 13 tras 12 victorias seguidas. No sé qué ocurre pero en mi barrio tengo superpoderes. Dudo mucho que pueda mantener esta racha en el Social Sant Martí pero como mínimo lo intentaré a ver si consigo la triple corona (a saber, Social Colón, Social Besós y Social Sant Martí). Segundo fue David Vivancos con 11 puntos y tercero Iván Pérez con 10. Relegado a la cuarta posición quedaba Saba con 9,5.
La clasificación final quedó asi:
Joan Fontanillas 12,5
David Vivancos 11
Iván Pérez de Villar 10
Jordi Sabater 9,5
Sergi González 8
Davide Vega 7
Javier Ríos 7
Ariadna Moreno 6
Pere Climent 5
Víctor Rodríguez 5
Antoni Ballvé 3,5
Andrés Hinarejos 3,5
Carlos Acevedo 3
David Peña 0
PALMARÈS DEL TORNEIG SOCIAL DEL BARRI BESÒS
I Edición (1992) - Narciso Ximénez Rojas
II Edición (1993) - Francesc Ximénez Galés
III Edición (1994) - Joan Fontanillas Sánchez
IV Edición (1995) - Narciso Ximénez Rojas
V Edición (1996) - Francisco Miguel Zancas Vidal
VI Edición (1997) - Joan Fontanillas Sánchez
VII Edición (1998) - Lluís Casas Tarrés
VIII Edición (1999) - Joan Fontanillas Sánchez
IX Edición (2000) - Jordi Sabater Comas
X Edición (2001) - Jordi Sabater Comas
XI Edición (2002) - Jordi Sabater Comas
XII Edición (2003) - Joan Fontanillas Sánchez
XIII Edición (2004) - Jordi Sabater Comas
XIV Edición (2005) - Diego Sánchez Obregón
XV Edición (2008) - Joan Fontanillas Sánchez
Al día siguiente Ricard Llerins y Jordi Sabater ofrecieron una exhibición en el barrio, disputando una partida en el ajedrez gigante de la plaza Theolongo Bacchio donde Ricard se anotó el punto tras ganar calidad a Jordi y rematar la partida de forma brillante. Luego se disputaron algunas partidas "gigantes" contra los vecinos y tanto Jordi como Ricard dieron buena cuenta de todos ellos. La Asociación de Vecinos de El Besòs, muy contenta con el acto, obsequió al Sant Martí con un trofeo de agradecimiento.
De la bruja, no sé nada más. Pero sospecho que estará lamiendo sus heridas y acechándome en el inminente... SOCIAL SANT MARTÍ.