El otro día estaba viendo la película Alejandro Magno, de Oliver Stone, y cuando contemplé la espectacular batalla de Gaugamela (visible aquí:
parte 1 y
parte 2), recordé que la disposición inicial de las piezas de ajedrez se asemeja mucho al planteamiento de una batalla en la antigüedad, con los dos ejércitos enfrentados.
En la foto superior se puede ver cómo Alejandro, situado a la izquiera, ataca la posición del rey persa Darío, huyendo a la diestra mientras mira hacia Alejandro. La película refleja muy bien este mosaico, que pude contemplar en vivo en el Museo Nacional de Nápoles, seguramente hallado en Pompeya o Herculano. Más abajo os he puesto un par de detalles del mosaico que muestran a Alejandro en actitud atacante y a un Darío que huye aterrorizado ante el ímpetu de los macedonios.
En la antigüedad, las batallas se planteaban "ajedrecísticamente" y la infantería avanzaba en falanges de hoplitas perfectamente organizados, manteniendo la formación, como hacemos nosotros en muchas estructuras de peones en las que procuramos no tener debilidades ni tropas "aisladas".
La batalla de Gaugamela, la tenéis explicada en castellano en este video. Brillante explicación, ¿a que sí? Además se ajusta un montón a lo que muestra la película. Fijáos como un Alejandro, "enrocado" en un flanco, derrota a Darío aprovechando su ubicación en el centro (¡hay que enrocarse!) con una especie de ataque directo con la caballería.
El ajedrez antiguo era mucho más lento que el actual y piezas como el peón, el alfil o la dama (alferza por aquellos tiempos) eran mucho menos ágiles que ahora. De algún modo reflejaban mejor la realidad de la guerra pero para nosotros, que buscamos la espectacularidad del juego, nos resulta mejor que la dama y el alfil sean más poderosos y que el peón pueda avanzar dos casillas de salida.
Es bonito recordar de dónde viene nuestro juego de reyes...
2 comentarios:
Excelente artículo.
Hombre! Pues muchas gracias.
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