lunes, 13 de junio de 2011

Maullidos en mi coche

El jueves, de camino a mi trabajo, Ariadna -mi pareja- y yo comenzamos a escuchar unos extraños ¿maullidos? ¿chirridos? en el interior de nuestro Peugeot. Pensamos que debía ser un gato en la calle pero cuando dejamos atrás esa zona, los ¿maullidos? persistían.
Detuvimos el coche y lo inspeccionamos sin éxito. Interpretamos que debía ser alguna pieza que chirriaba y seguimos con el trayecto. Tuve que irme a trabajar y ella volvió a casa con el coche. Los ruidos proseguían en el vehículo. Aparcó y entró en nuestro domicilio pero... ¡los ruidos continuaban con el coche quieto!
Una segunda inspección del coche dio con la solución al enigma tras abrir el capó por segunda vez. Un pequeño gato -que resultó ser una gata- se habia colado por la rueda delantera hasta el motor del coche, seguramente durante la noche, en busca de calor. Milagrosamente no le ocurrió nada al gato -ni al motor en marcha-.
Tras el rescate, el minino se coló raudo en mi casa y allí sigue, instalado en la buhardilla. Tiene unos dos meses y medio y, como muestra la foto, y es de color grisáceo. Lo primero que comió fue chorizo así que probablemente la llamaremos "Chori". La veterinaria ya ha revisado a la gata y, pese a viajar dentro del motor en marcha, se encuentra perfectamente.
Espero que este cuento REAL os haya gustado, especialmente a Imperioso, que es gatuno como el que más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenidos al club de la "esclavitud", el refrán dice, palos a gusto no duelen. Ahora a buscar la parejita...ja,ja,ja

imperioso dijo...

Sí, buen cuento, me gusta.