Una foto para la historia. El presidente de la FIDE, el incombustible Kirsan, jugando con el ya desaparecido Muamar Gadafi, que murió de forma parecida al también desaparecido Benito Mussolini. Apresado por "su pueblo", el dictador libio acabó muriendo de forma expeditiva. Mientras le linchaban, el dictador gritaba "Dios prohibe esto" y "¿Acaso no sabéis distinguir el bien del mal?". Uno de los hombres que lo abatió declaró que:
«Murió entre mis manos. Estuvo cuarenta minutos en agonía, le hablábamos, pero no respondía. Tenía dos disparos, uno en el pecho y otro en la cabeza y perdió mucha sangre».
Por lo visto, le robaron su anillo de oro y hasta las botas de cuero. A él, un hombre que había controlado una de las mayores reservas de petróleo del norte de África durante 40 años. Señores, no somos nada.
2 comentarios:
Y él menos que nosotros, que era un crimi-mal. Vaya amigos tiene Kirsán, ¿eh?...
Pues sí. Puse la foto porque salí Kirsan (evidentemente), jeje.
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