El Sant Martí ha abierto su sede en el Centre Cívic entre semana durante los últimos veinte años más o menos. Este hecho permite que pueda irse a jugar siempre que a uno le apetezca, o consultar la biblioteca, o charlar de ajedrez, o ir a clases, o preguntar cómo federar, por poner algunos ejemplos.
Gracias a esto, el Sant Martí es uno de los clubes más concurridos de Catalunya, con más socios y actividades -oficiales y extraoficiales-. Pero esos logros tienen un precio y éste consiste en que una o más personas tienen que "sacrificar" sus tardes les apetezca o no. Este ha sido el sino de Ricard Llerins durante todo este tiempo. Otras personas como Jordi Sabater, Manel Riera o Edu Arilla, por citar sólo algunos, también han empleado mucho de su tiempo libre en estos menesteres.
Cualquiera de ellos, en especial Ricard, no va a hacerlo toda su vida, como es natural. Por esto es importante que haya gente que recoja su testigo, que pase regularmente por el club y atienda desinteresadamente a la gente que busca información, clases o una buena partida. No buscamos esclavos para el club. Simplemente buscamos personas que tengan claro que cierto día de la semana van a ir regularmente por el club y se comprometan a atender a los curiosos que por allí pasen. Participar en los eventos del club es bonito pero hay que colaborar un poco entre todos.
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