Cuando llega la noche y las sábanas con olor a Mimosín nos envuelven, uno suele contar ovejitas y acaba soñando con temas de lo más variado (el trabajo, que toca la loto o la vecina sexy del quinto...). Supongo que más de uno habrá soñado también alguna vez con el ajedrez y que habrá echado alguna que otra partidita en el país de Morfeo. Yo soy uno de esos.
Lo que ocurre es que el soñante suele experimentar una cierta desorientación espacial y, si despierta abruptamente, percibe que sus jugadas eran incorrectas o sencillamente ilegales.
Pero algunos privilegiados, tras haber disputado alguna partida especialmente intensa, han llegado a soñar con alguna posición de la vida real e, incluso, han llegado a dar con la solución correcta en posiciones que no supieron resolver con el reloj en marcha. A esta élite del ajedrez pertenecen jugadores como Javier Piñero o Jordi Sabater (con erre).
¿Alguien se anima a contar alguno de sus sueños ajedrecísticos? Para ayudaros os he puesto un edredón ajedrezado y así os vais situando...
5 comentarios:
Yo, aunque no llego al nivel Piñeril he solucionado posiciones de partidas acabadas unas horas antes, dándome cuenta dónde he fallado y lo malo que soy. También soñé una partida entera que por suerte la pude apuntar rápidamente al despertar de golpe y que un dia de éstos publicaré. Pero ésto solo me ha ocurrido una vez, acabé agotado y no lo he querido forzar más, pues lo consideré perjudicial. Además había mucha teoría de apertura y eso facilita "el tránsito".
¿El tránsito?
Facilita jugar la partida en sueños.
Yo, la noche siguiente a una partida, suelo soñar con ella y gran parte de las veces encuentro jugadas en sueños que no se me habían ocurrido, una veces no eran mejores que las de la partida, pero en otras sí. Es como un análisis de la partida.
Hasta ahora lo veia como un "proceso" normal, pensaba que le pasaba a casi todo el mundo.
J.J.
En sueños mis cálculos son, que yo recuerdo, fantasías absurdas.
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