La película Origen (2010), en inglés Inception, es una sugerente ficción en la que se especula con la posibilidad de adentrarse en los sueños de otras personas y modificar sus contenidos mentales, extrayendo o añadiendo ideas en la mente del sujeto soñador.
Para lograrlo, ciertos especialistas -los protagonistas del film- diseñan escenarios ficticios y confunden la mente del soñador para obtener aquello que desean: cuentas bancarias, secretos empresariales... El problema es cuando, a base de soñar, o incluso soñar que se sueña, acaban por no saber distinguir la vigilia del sueño. Quizás ahora, amado lector, estés soñando sin saberlo.
Con un interesante regusto a Matrix, el tema recurrente de la película es cómo distinguir la realidad del engaño en el que a menudo nos envuelven nuestros sueños. Un planteamiento sumamente hiperbólico y radical que recuerda al René Descartes del Discurso del método y de las Meditaciones Metafísicas, incapaz de separar realidad y sueño hasta que la figura de Dios, la Res Infinita, resuelve el enigma con su omnipotente bondad. También se planteaba algo parecido Calderón de la Barca cuando especulaba con que "la vida es sueño y los sueños, sueños son".
Como la película no puede quedarse en la incertidumbre del filósofo y del poeta, los protagonistas disponen de un medio infalible para distinguir la vigilia del sueño. Cada uno de los soñadores lleva un tótem, es decir, un objeto que solamente ellos han tocado. De este modo, si alguien fabrica un sueño, imitando la realidad, y pretende tenernos sumidos en un engaño onírico a modo de Genio Maligno cartesiano, las propiedades del totem, únicamente conocidas por su poseedor -como el peso del objeto- podrán delatar la naturaleza imperfecta del engaño. Esto es un recurso tomado de Galileo Galilei, entre otros pensadores, que distinguía en una substancia las cualidades primarias (intrínsecas, como la redondez de una bola) y cualidades secundarias (extrínsecas, como la rojez o el peso de una camiseta). Lógicamente, las cualidades secundarias son más dificilmente cognoscibles e imitables en un objeto al ser superfluas.
En la foto superior tenéis una selección de los totems que utilizan los protagonistas del film. Uno de ellos, un alfil que, según algunos espectadores, es de oro. Lo fabrica Ariadne, una diseñadora de escenarios oníricos para poder escapar de sus propios laberintos soñados...
Para lograrlo, ciertos especialistas -los protagonistas del film- diseñan escenarios ficticios y confunden la mente del soñador para obtener aquello que desean: cuentas bancarias, secretos empresariales... El problema es cuando, a base de soñar, o incluso soñar que se sueña, acaban por no saber distinguir la vigilia del sueño. Quizás ahora, amado lector, estés soñando sin saberlo.
Con un interesante regusto a Matrix, el tema recurrente de la película es cómo distinguir la realidad del engaño en el que a menudo nos envuelven nuestros sueños. Un planteamiento sumamente hiperbólico y radical que recuerda al René Descartes del Discurso del método y de las Meditaciones Metafísicas, incapaz de separar realidad y sueño hasta que la figura de Dios, la Res Infinita, resuelve el enigma con su omnipotente bondad. También se planteaba algo parecido Calderón de la Barca cuando especulaba con que "la vida es sueño y los sueños, sueños son".
Como la película no puede quedarse en la incertidumbre del filósofo y del poeta, los protagonistas disponen de un medio infalible para distinguir la vigilia del sueño. Cada uno de los soñadores lleva un tótem, es decir, un objeto que solamente ellos han tocado. De este modo, si alguien fabrica un sueño, imitando la realidad, y pretende tenernos sumidos en un engaño onírico a modo de Genio Maligno cartesiano, las propiedades del totem, únicamente conocidas por su poseedor -como el peso del objeto- podrán delatar la naturaleza imperfecta del engaño. Esto es un recurso tomado de Galileo Galilei, entre otros pensadores, que distinguía en una substancia las cualidades primarias (intrínsecas, como la redondez de una bola) y cualidades secundarias (extrínsecas, como la rojez o el peso de una camiseta). Lógicamente, las cualidades secundarias son más dificilmente cognoscibles e imitables en un objeto al ser superfluas.
En la foto superior tenéis una selección de los totems que utilizan los protagonistas del film. Uno de ellos, un alfil que, según algunos espectadores, es de oro. Lo fabrica Ariadne, una diseñadora de escenarios oníricos para poder escapar de sus propios laberintos soñados...
6 comentarios:
Felicitats cada texte teu és una classe, mercès. Tindré que veure la pel-licula, havia sentit parlar d'ella però ara m'atreu més. Per una altre banda, la gent no es pregunta mai si existeix la possibilitat de que Déu (cas d'existir) sigui alhora el bé i el mal. Mmmm...
Gràcies per les lloances! Qualsevol diria que són amics ;-) Sobre el déu bo i dolent al mateix temps, això correspondria a una visió panteista / oriental de la divinitat on Déu ho seria tot i per tant abarcaria allò bo i allò dolent. És una mica el que es diu del ying i el yang.
Occident, suposo que per tradició greca i judeocristiana, sempre ha enfocat la divinitat com a perfecció. El mal seria absència de bé i vindria a ser no-ésser. Recordo que l'anterior papa de Roma o l'actual ja s'expressaven en aquests termes quan consideraven si l'infern i el Diable existien o eren simplement absència de Déu. Suposadament què ens fa pecar? La imperfecció, és adir, el mal que ens separa de Déu.
Un altre tema seria si aquesta imperfecció humana ens eximeix de la culpa dels nostres errors, situant-la en Déu que suposadament ens hauria creat, o si -per necessitats religioses- seguin situant la responsabilitat de les nostres accions en el nostre lliure albir (libre albedrío)...
Escucha, en la peli esta aparecen guiños a Escher con la escalera de Penrose, un autor que reflejó el ajedrez en algunas de sus obras.
No cal ser amics per reconèixer la qualitat. També reconec la de l'imbècil de Cristiano Ronaldo jugant a la piloteta, je, je.
Es verdad, Cristiano juega bien. A mi me recuerda al Mark Lenders de Campeones.
Si seguro. Como es morenito de pelo largo, viene de familia pobre y entrena como un animal en la playa, pues te lo ha recordado, je, je. O será porque lo ves como el malo de la película, je, je.
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