Más en frío ha llegado el momento de análizar por qué razón no gané el Social Colón. Me abstendré de comentar las partidas que gané con comodidad ya que no voy buscando monumentos ni nada por el estilo.
En primer lugar, soy humano y mi juego dista mucho de ser perfecto. Esto me costó medio punto con Sabater. Mi amigo contraatacó con un simétrico 1. f4 f5 pero falló estrepitósamente en la apertura y quedó medio muerto. Cometí un error habitual con Sabater, que es intentar matarlo y apurarme de tiempo. A veces es mejor limitarse a ganar peón y seguir jugando sin más en una posición sana. Luego, aunque estaba claramente mejor, me dejé una pieza y con la bandera acosándome lo dejé en tablas -luchables- para no dejarme más cosas. Al término de esa partida yo ya intuía que no ganaría el Social. Dependía de mi mismo pero me faltaba jugar con Godesard mientras que Jordi tenía, aunque con suerte, 1,5 de 2 contra los dos primeros del ranking. Llamadle suerte, llamadle épica... como queráis, pero eso le garantizaba mucho sonnen.
También fallé en mi partida con Josep Roca pero éste no acertó con las mejores continuaciones y se enredó en un automate. Digamos que últimamente me da por complicar las posiciones y ése no es mi punto fuerte. Sin saber cómo, yo era líder. El año pasado fue igual pero estuve más resolutivo en las partidas importantes.
Con Godesard no me preparé nada. Falta de motivación, o de tiempo, confianza excesiva... no sé. El caso es que cuando me jugó 1. Cf3 sospechaba que había preparado el gambito 1. Cf3 f5 2. e4!? y pasé de todo y entré al trapo. Me jugó 1. Cf3 f5 2. d3 seguido de 3. e4 de acuerdo con variantes que buscó en el Fritz. También me comentó que había mirado otra cosa -pero no me dijo cuál-. En parte es lógico porque el año pasado Carles perdió en un muro de piedra normal y corriente. Este año, no es que yo jugara mal sinó que él, inspirado por los análisis del Fritz, lo llevaba mejor preparado y ganó con buen estilo. Si yo hubiera estado más tenso, seguramente hubiera hecho caso a mi sentido arácnido y hubiera evitado la linea o también la hubiera preparado. Conclusión: esta la perdí por ser previsible y no prepararme. Quien piense que las partidas se ganan con el reloj en marcha es un iluso. Se ganan entre semana, preparándolas y ahorrando tiempo de reflexión para los momentos cruciales.
La derrota me hubiera dejado muerto si no fuera porque Sabater entabló y se produjo un triple empate a falta de dos rondas. Supuse que Carles, Jordi y yo ganaríamos las que faltaban -pido perdón a los rivales, simplemente soy sincero- así que, en el fondo, me desmotivé un poco porque vi que la suerte de los desempates lo decidiría todo. Sólo tenía a mi favor el progresivo y los otros desempates eran variables pero favorables a Sabater. Además, la renuncia de Antonio Ríos, uno de mis rivales con dos escasos puntos, a seguir el torneo lastraba mi Bucholz. O sea que ganando las dos, tenía un 33% de probabilidades de ganar el torneo: ¡una birria, la verdad!
La partida con Valera prometía ser un trámite. Poco a poco fui quedando un poco mejor, creo, pero llegado el momento, Xavier me ofreció un peón envenenado. Subestimé el contrajuego que se generaba y entré de nuevo en complicaciones que me dejaron en una posición lastimosa tras una ventaja excelentemente desarrollada por Valera. Así perdía y decía adiós al torneo.
Luego jugué una partida intrascendente contra Rebull y, variando la apertura -salí de dama-, evité sin pretenderlo otra preparación casera. No fue por miedo sino que por puro placer probé otras cosas. Si hubiera sabido que quería entrar en un From (1. f4 e5) habría entrado sin duda.
Mi ocaso socialero creo que ha llegado por varios motivos. El primero, que soy falible como ya he comentado anteriormente y que hay gente que juega tan bien o mejor incluso que yo. El segundo es que soy predecible. Esto no necesariamente es malo porque, la verdad, si uno conoce lo que juega no tiene por qué temer una preparación de una o dos tardes. Todo el mundo sabe lo que juego y más si cuelgan las partidas on line. Como las líneas principales no han dado resultado, la gente ahora prueba cosas raras y a veces la sorpresa sale bien. Actualmente la gente busca cosas contra mi Bird y, en concreto en el Colón, escarban posiciones del Ataque Indio -por ahora sin éxito, afortunadamente para mi, incluso en el por equipos-. La solución a la falibilidad para por practicar más, asumiendo que nunca seré perfecto. La solución a la predictibilidad pasa por ampliar el repertorio de juego. Tengo varias cosas en mente, medio preparadas, pero hay que pulir detalles. Como decía Geller, necesito un año y medio... quizá más.
Otro factor a tener en cuenta es la motivación. Siento pereza en la preparación, incluso en la competición. Para mi el juego, la competición, siempre ha sido secundario. Donde realmente yo disfrutaba era analizando, mejorando aunque esto no significara copa o subida de elo alguna. Cuando mi situación personal se tranquilice y no tenga que lidiar con un ejército de paletas, lampistas, carpinteros de alumninio, yeseros, herreros... supongo que volveré a tener tranquilidad para el estudio. Entretanto, tendré que jugar a pelo, sin preparar nada nuevo. Fijáos cómo está el tema que ni abro el Fritz ni el Chessbase desde hace meses.
Este por equipos ha sido más largo de lo habitual, llegando a una final que se perdió -entre otros por mi culpa ;-)-. Esto cansa doblemente y repercute en los torneos que juegas al mismo tiempo. Me he sentido, con perdón, un poco como el Barça, que cada dos por tres tenía partido crucial. Y eso, cansa. Ya desistí de jugar el Social DIM por este motivo pero sigo estando cansado, muy cansado.
En el caso concreto del Social Colón, el hecho de no haber recibido todavía los trofeos de las ediciones de 2008 y 2009, repercute también un poco en cómo afrontas el de 2010. Siempre he pensado que la gracia es recibir el trofeo al término de un torneo y no tanto en una cena-gala posterior. Soy como un burro que necesita ver la zanahoria para seguir avanzando. Son preferencias personales, ya lo sé, pero minan mi motivación. Eso sí, ya que estoy a tiempo, que las copas no sean muy grandes -como la del Social SMA- porque luego no sé dónde ponerlas (!). Los jamones no me importa que sean grandes...
El Social Foment lo he dejado pasar con la excusa del Femenino -estoy agotado, mentalmente- y el Social Besòs me atrae como organizador. Jugaré para hinchar la inscripción, pero voy sin instinto asesino así que aprovechad, jeje, y jugadlo...
En primer lugar, soy humano y mi juego dista mucho de ser perfecto. Esto me costó medio punto con Sabater. Mi amigo contraatacó con un simétrico 1. f4 f5 pero falló estrepitósamente en la apertura y quedó medio muerto. Cometí un error habitual con Sabater, que es intentar matarlo y apurarme de tiempo. A veces es mejor limitarse a ganar peón y seguir jugando sin más en una posición sana. Luego, aunque estaba claramente mejor, me dejé una pieza y con la bandera acosándome lo dejé en tablas -luchables- para no dejarme más cosas. Al término de esa partida yo ya intuía que no ganaría el Social. Dependía de mi mismo pero me faltaba jugar con Godesard mientras que Jordi tenía, aunque con suerte, 1,5 de 2 contra los dos primeros del ranking. Llamadle suerte, llamadle épica... como queráis, pero eso le garantizaba mucho sonnen.
También fallé en mi partida con Josep Roca pero éste no acertó con las mejores continuaciones y se enredó en un automate. Digamos que últimamente me da por complicar las posiciones y ése no es mi punto fuerte. Sin saber cómo, yo era líder. El año pasado fue igual pero estuve más resolutivo en las partidas importantes.
Con Godesard no me preparé nada. Falta de motivación, o de tiempo, confianza excesiva... no sé. El caso es que cuando me jugó 1. Cf3 sospechaba que había preparado el gambito 1. Cf3 f5 2. e4!? y pasé de todo y entré al trapo. Me jugó 1. Cf3 f5 2. d3 seguido de 3. e4 de acuerdo con variantes que buscó en el Fritz. También me comentó que había mirado otra cosa -pero no me dijo cuál-. En parte es lógico porque el año pasado Carles perdió en un muro de piedra normal y corriente. Este año, no es que yo jugara mal sinó que él, inspirado por los análisis del Fritz, lo llevaba mejor preparado y ganó con buen estilo. Si yo hubiera estado más tenso, seguramente hubiera hecho caso a mi sentido arácnido y hubiera evitado la linea o también la hubiera preparado. Conclusión: esta la perdí por ser previsible y no prepararme. Quien piense que las partidas se ganan con el reloj en marcha es un iluso. Se ganan entre semana, preparándolas y ahorrando tiempo de reflexión para los momentos cruciales.
La derrota me hubiera dejado muerto si no fuera porque Sabater entabló y se produjo un triple empate a falta de dos rondas. Supuse que Carles, Jordi y yo ganaríamos las que faltaban -pido perdón a los rivales, simplemente soy sincero- así que, en el fondo, me desmotivé un poco porque vi que la suerte de los desempates lo decidiría todo. Sólo tenía a mi favor el progresivo y los otros desempates eran variables pero favorables a Sabater. Además, la renuncia de Antonio Ríos, uno de mis rivales con dos escasos puntos, a seguir el torneo lastraba mi Bucholz. O sea que ganando las dos, tenía un 33% de probabilidades de ganar el torneo: ¡una birria, la verdad!
La partida con Valera prometía ser un trámite. Poco a poco fui quedando un poco mejor, creo, pero llegado el momento, Xavier me ofreció un peón envenenado. Subestimé el contrajuego que se generaba y entré de nuevo en complicaciones que me dejaron en una posición lastimosa tras una ventaja excelentemente desarrollada por Valera. Así perdía y decía adiós al torneo.
Luego jugué una partida intrascendente contra Rebull y, variando la apertura -salí de dama-, evité sin pretenderlo otra preparación casera. No fue por miedo sino que por puro placer probé otras cosas. Si hubiera sabido que quería entrar en un From (1. f4 e5) habría entrado sin duda.
Mi ocaso socialero creo que ha llegado por varios motivos. El primero, que soy falible como ya he comentado anteriormente y que hay gente que juega tan bien o mejor incluso que yo. El segundo es que soy predecible. Esto no necesariamente es malo porque, la verdad, si uno conoce lo que juega no tiene por qué temer una preparación de una o dos tardes. Todo el mundo sabe lo que juego y más si cuelgan las partidas on line. Como las líneas principales no han dado resultado, la gente ahora prueba cosas raras y a veces la sorpresa sale bien. Actualmente la gente busca cosas contra mi Bird y, en concreto en el Colón, escarban posiciones del Ataque Indio -por ahora sin éxito, afortunadamente para mi, incluso en el por equipos-. La solución a la falibilidad para por practicar más, asumiendo que nunca seré perfecto. La solución a la predictibilidad pasa por ampliar el repertorio de juego. Tengo varias cosas en mente, medio preparadas, pero hay que pulir detalles. Como decía Geller, necesito un año y medio... quizá más.
Otro factor a tener en cuenta es la motivación. Siento pereza en la preparación, incluso en la competición. Para mi el juego, la competición, siempre ha sido secundario. Donde realmente yo disfrutaba era analizando, mejorando aunque esto no significara copa o subida de elo alguna. Cuando mi situación personal se tranquilice y no tenga que lidiar con un ejército de paletas, lampistas, carpinteros de alumninio, yeseros, herreros... supongo que volveré a tener tranquilidad para el estudio. Entretanto, tendré que jugar a pelo, sin preparar nada nuevo. Fijáos cómo está el tema que ni abro el Fritz ni el Chessbase desde hace meses.
Este por equipos ha sido más largo de lo habitual, llegando a una final que se perdió -entre otros por mi culpa ;-)-. Esto cansa doblemente y repercute en los torneos que juegas al mismo tiempo. Me he sentido, con perdón, un poco como el Barça, que cada dos por tres tenía partido crucial. Y eso, cansa. Ya desistí de jugar el Social DIM por este motivo pero sigo estando cansado, muy cansado.
En el caso concreto del Social Colón, el hecho de no haber recibido todavía los trofeos de las ediciones de 2008 y 2009, repercute también un poco en cómo afrontas el de 2010. Siempre he pensado que la gracia es recibir el trofeo al término de un torneo y no tanto en una cena-gala posterior. Soy como un burro que necesita ver la zanahoria para seguir avanzando. Son preferencias personales, ya lo sé, pero minan mi motivación. Eso sí, ya que estoy a tiempo, que las copas no sean muy grandes -como la del Social SMA- porque luego no sé dónde ponerlas (!). Los jamones no me importa que sean grandes...
El Social Foment lo he dejado pasar con la excusa del Femenino -estoy agotado, mentalmente- y el Social Besòs me atrae como organizador. Jugaré para hinchar la inscripción, pero voy sin instinto asesino así que aprovechad, jeje, y jugadlo...
1 comentario:
El descanso sicológico es vital, yo no lo tengo siempre que quiero y es cierto que se nota. En toda la historia del ajedrez, muy pocos quizás solo Keres han sido tan honrados como tú. Te felicito y te animo a disfrutar del juego-rey de nuevo. Si puedo hacer algo pídelo y lo haré. Visca Fontanillas!!!
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