Ya ha llegado el día que más temíamos: el regreso del por equipos. Así es como piensa mucha gente y, en parte, reconozco que parcialmente también me ocurre lo mismo. Los hay que temen el levantarse los domingos a horas intempestivas, los hay que temen jugarse el elo y los hay que, simplemente, no tienen ganas de jugar.
Sobre los madrugones dominicales -que este año no padecerán en DH, ya que juegan los sábados por la tarde tras muchas intentonas frustradas de la FCE- solamente podemos decir que es verdad. Lo miremos como lo miremos es una verdadera lata y sacrificaremos uno de nuestros días festivos durante dos meses y medio. Esto perjudicará nuestra vida familiar, especialmente con la pareja ya que ella tiene que oir también el odioso ring ring del despertador, y repercutirá también en nuestro menor tiempo de descanso que, a su vez, generará indefectiblemente una menor productividad laboral. Y no hablaremos de esas noches en vela pensando qué le jugamos a fulanito o esos ratos que pasaremos con chessbase y fritz -o similares- para arañar diez minutos en la apertura del domingo.
Jugarse el elo, otro gran demonio a muchos les acecha -a los del Sant Martí A no, que son muy valientes ;-). Es una evidencia estadística que la mayoría de ajedrecistas únicamente disputan el por equipos con lo que su elo se mantiene inalterable durante meses. Dije "inalterable", quería decir "protegido". El elo, ese codiciado letrero del que muchos presumen y que, les guste o no, tienen que arriesgar en el por equipos. Seguro que los programillas on line que calculan el elo echarán humo los domingos por las tardes...
Y el otro gran mal, que a mi me afecta especialmente, es la pereza mental. Sea por lo que sea, no siempre tenemos ganas de jugar. Algunos porque no les gusta el ajedrez, otros porque andan saturados -mi caso, creo, si como mínimo fuera un por equipos social...-. El caso es que si jugamos sin ganas lo haremos peor y, como somos gatos viejos, sabemos que ocurrirá eso -las vibraciones suelen ser certeras- y aún tenemos menos ganas de jugar.
Total, que si os sentís identificados con alguno o varios de estos puntos, hay que cambiar ya de chip y motivarse como sea. ¿Madrugar? Cierto, pero visitaremos clubes y pueblos remotos que no tienen metro, podremos chafardear clubes amigos y no tan amigos... ¿El elo? Se arriesgará pero no hay que darle importancia, especialmente si solamente jugamos un torneo al año, poco podemos llegar a perder y, con un poco de suerte, quizás hasta lo subimos y todo. ¿Pereza? Bueno, en cuanto empiece la primera partida y pongamos el reloj en marcha, sentiremos otra vez el gusanillo de aplastar a nuestros oponentes -si sois deportivos- o crear una obra maestra -si sois artistas- o descubrir nuevas jugadas -si sois científicos-. Volveremos a ver a nuestros colegas y adversarios de toda la vida, sabremos de sus vidas y rememoraremos anécdotas imborrables así que... no os preocupeís. El domingo parad el despertador cuando suene, id al club y todo irá rodado, como siempre.
2 comentarios:
Es una mica dur llevar-se cada diumenge a les 8 per jugar una partida d´escacs quan es pot aprofitar el mati fent altra cosa.
Efectivament, és una autèntica prova d'amor als colors del club...
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