Un blog es una ventana abierta al mundo, un escaparate público. Cualquier aficionado al ajedrez puede tener uno, sin ser necesarios grandes conocimientos técnicos sobre el tema. En cambio, las páginas webs de un club, aunque más completas y oficiales, suelen estar en manos de solamente una o dos personas y su administración suele limitarse a gente con buenos fundamentos de informática. Yo no sabría llevar una, por ejemplo.
Por lo general, las páginas de clubes suelen adolecer de actualizaciones y muchas de sus secciones aparecen anticuadísimas o eternamente en obras. El hecho de que solamente una o dos personas puedan añadir información dificulta que los contenidos cambien con asiduidad. Como no suele haber novedades, la gente entra menos y como la gente entra menos, todavía apetece menos actualizar. Otro factor es que en las webs oficiales uno se ve obligado a colgar cosas que en realidad no le apetecen y actualizar se acaba convirtiendo en una tortura tecleadora.
Algunas veces se plantean webs con foros y la posibilidad de añadir comentarios para animar un poco el cotarro pero el mal endémico suele ser el mismo. Además, como son páginas oficiales de un club, las noticias son políticamente correctas, es decir, aburridas, y uno no puede expresarse como le gustaría.
En cambio, los blogs permiten colgar lo que a uno le apetezca, sin grandes requerimientos técnicos. Uno escribe de lo que quiere y como quiere ya que por sus escritos sólo responderá él mismo ante los presuntamente agraviados. Un blog no es una herramienta de información sinó de expresión (!).
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