sábado, 5 de mayo de 2012

El ajedrez no es bello, es semibello... o semifeo


Muchos son los que han defendido que la belleza consiste en orden, simetría. Los griegos (apolíneos, diría el intempestivo Nietzsche) utilizaban el mismo vocablo (Kosmeo) para significar "ordenar" y "adornar", de ahí que se parezcan tanto palabras como "cosmos" y "cosmética".
Seguro que hasta aquí todo suena a cualquier persona que recuerde sus clases sobre Grecia antigua. Pues bien, pasemos ahora al ajedrez. Se ha hablado mucho del ajedrez como arte (Alekhine, por ejemplo), de la estética de las jugadas... pero resulta que el ajedrez es "semisimétrico". Me explico. Si lo miramos con las piezas blancas a un lado y las negras al otro, es simétrico. Si lo miramos de izquierda a derecha no es simétrico pues en un lado está la dama y en el otro el rey. 
¿Conclusión? Que la teoría del ajedrez como arte es incompatible con la de la belleza como simetría. Bueno, asumiendo que el arte busque la belleza, que es mucho suponer. Y si no, que se lo digan a Umberto Eco y su Historia de la fealdad.

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