Es relativamente frecuente encontrar a hermanos que practican el ajedrez. A nivel internacional el caso que quizás es más famoso es el de las hermanas Polgar -Susan, Sofía y Judit- o a nivel catalán el caso de los hermanos Fluvià -Joan y Jordi-, con un nivel de aproximadamente 2500 de Elo. Nosotros mismos, en el club Sant Martí, tenemos algunos casos bien conocidos: Luis y Manolo Sánchez, Éric y Marc Sánchez...
¿Por qué a veces el nivel de juego alcanzado es diferente si comparten un ADN tan parecido? A veces, simplemente es porque uno de los dos no tiene tanta afición. Por ejemplo, Javier Piñero llegó a MC con mucha facilidad y su hermano pequeño, Carlos, lo dejó bien pronto porque no acababa de gustarle. El caso de Monluis y su hermano Manolo sería parecido; mientras el primero no ha parado nunca de jugar y entrenarse, Manolo se lo ha tomado más bien como un divertimento.
Muchas veces, cuando ambos le toman afición, ocurre que el nivel de los hermanos es bastante parejo y acaba destacando un poco más quién más torneos juega. Este sería el caso de los hermanos Rafa y Jordi Miralles. En este caso, Rafa juega muy bien y anda por los 2200 pero su hermano Jordi llegó a MC y suele tener ahora entre 50 y 100 más de Elo, seguramente porque ha jugado más torneos e incluso le daba clases el MI Ángel Martín. Otro caso similar es el de los hermanos Fluvià, ambos con 2500, o el de los hermanos Arza en el Colón, Raul, el mayor, tiene 2090 y su hermano Marc unos 2000, aunque este último no juega ni la mitad de cosas que Raul.
No es una ciencia exacta pero suele ocurrir que el más pequeño suele alcanzar un nivel algo mayor que su hermano. Así sucede en el caso de las Polgar, de los Fluvià, de los Miralles... y quizá también de Éric y Marc Sánchez. Marc ya és o será en breve MC y ya comienza a despuntar como futurible MI, en parte, gracias a las clases del MI Alfonso Jerez. Su hermano mayor, Éric, es un gran jugador y ronda los 2200 de Elo, mucho para su edad, pero aunque brilla no lo hace tanto como Marc. ¿Por qué sucede esto con los hermanos mayores?
La explicación, de corte psicológico, reside en las teorías del psicólogo Jean Piaget. Según este estudioso, tenemos unas edades críticas en las que nuestro cerebro está especialmente dotado para aprender cosas nuevas. Pasada esta edad, nuestro cerebro comienza a cerrarse en banda y aprender se hace más difícil. ¿Qué ocurre pues? Pues que el hermano pequeño, jugando con el mayor, se beneficia de la experiencia del primero y aprovecha su mejor capacidad de absorción de conocimientos para progresar más rapidamente y, en muchos casos, superarle.
Por eso, no hay que juzgar a los hermanos como si de una competición entre ellos se tratara sino pensar que cada uno es un individuo por separado y que debemos evitar comparaciones odiosas. Cada uno progresa a su ritmo, en función de sus capacidades, de su espíritu de sacrificio y de las oportunidades que le brinda la vida. ¡¡Suerte a todos!!