Que se peguen ya

La segunda ronda del mundial fue algo más movidita pero nuevamente acabó en tablas y hoy tenemos día de descanso. Si examináis la partida en cualquiera de las páginas que siguen el certamen, veréis que hubo mucho baile enrevesado de piezas pero sin hacer nada de nada. A mi me recuerdan a aquel boxeador que comienza a mover mucho sus piernitas de alambre y va de un lado al otro del ring sin dar puñetazo alguno. O como estos guerreros de la foto (sacada en un festival medieval de Banyoles) que bravuquean mucho pero no se rompen la crisma. Todo teatro, como hubiera dicho el ausente Fischer. Demasiado caballerosos, demasiado amigos. Sólo falta que se besen.

Otro tema interesante es que el ajedrez se está informatizando. No me refiero a que la gente se prepare o juegue con ordenadores sino a que nuestros jugadores juegan maquinalmente. De tanto analizar con ellos, estamos empezando a imitar su estilo o, mejor dicho, su falta de estilo. Las jugadas son cada vez más raras, más frías. Debo ser muy malo porque apenas adivino los planes. Parecen más bien ordenadores que varían el rumbo tras cada jugada.

¡A ver si tendremos que regresar al Fischer-random!