Tras diez partidas, Carlsen sigue manteniendo su pírrica ventaja de un punto. Todo puede cambiar en cualquier momento pero todo pasa porque Anand decida jugársela y juegue más agresivo. Poco a poco ya lo está haciendo pero, seamos claros, nunca ha sido un Shirov y las posiciones secas y sin damas a las que continuamente se ven abocados benefician el juego finalero de Carlsen.
Dos partidas para la conclusión y todo puede ocurrir pero, a priori, da la sensación que Vishy confía en dar un mazazo en el último momento que iguale el match y desestabilice a Carlsen. El noruego no está siendo el mismo desde el ascenso de Caruana y la versión 2.0 de Anand está siendo más difícil de digerir que el primer match. Como ya intuyó Fischer, mantener un título siempre tiene una carga extra de presión.
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