Kurt, Meier, veterano 2º tablero de las Islas Seychelles, murió en la última ronda de la olimpiada de ajedrez en Noruega (2014) mientras disputaba una partida. Al parecer su partida oscilaba entre ganar o empatar y simplemente se desplomó sobre el tablero. Intentaron reanimarle pero no se pudo hacer nada y la organización optó por acordonar la zona y dejar que el resto de partidas siguieran.
No entraré en si la decisión de seguir jugando fue acertada o no (creo que sí) pero sí en si fue una "buena muerte" como se ha dicho. Supongo que una muerte nunca o casi nunca es buena. La idea de morir mientras uno juega es muy romántica y, desde luego, hay muertes mucho peores. Yo hubiera preferido morir con los míos y no tanto entre colegas, pero hay cosas que no se pueden elegir. Para su familia habrá sido un shock enterarse de que ha muerto en Noruega.
Un suceso trágico, sin duda, que ilustra la vorágine de sentimientos y acelerones de corazón que uno siente cuando juega una aparentemente tranquila partida de ajedrez. No sabía cómo clasificar el artículo, "Curiosidades" me ha parecido de mal gusto así que, como pequeño homenaje, lo he clasificado como "Ajedrez de elite" pese a tratarse de un jugador modesto de un país pequeñito. Descanse en paz, señor Meier.
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